Latinoamérica ha sido muy desafortunada copiándose los modelos
políticos de Europa. En definitiva, todo lo que nos copiamos nos sale
mal, con tendencia a lo pésimo. Fuimos felices, antes de que llegaran
los hombres a caballo al continente. De venerar a la naturaleza pasamos
hacer monárquicos. Luego republicanos a ratos, capitalistas,
nacionalistas, socialcristianos, socialdemócratas, socialistas puros,
comunistas utópicos o clásicos, imperialistas, anti imperialistas o pro
de alguien, de alguna cosa teníamos que ser, en fin, nos cuesta mucho
ser nosotros mismos.