Aunque la subida de los tipos de interés ha frenado la demanda de hipotecas, el crédito al consumo está al alza desde el pasado enero. Ya sea por el encarecimiento de las cuotas hipotecarias, por la subida de la cesta de la compra o por la inflación en general, la capacidad de ahorro de los consumidores se ha visto mermada.
Según datos del Banco de España, durante el primer trimestre de 2024, la solicitud de préstamos personales a entidades bancarias creció un 24% respecto al año 2023, a pesar de que el coste de estos productos está en torno al 8% TAE. Y lo que más llama la atención es que, durante el último año, seis de cada diez usuarios sobreendeudados solicitaron aplazamientos en el pago de las hipotecas o de los suministros del hogar; o utilizaron las tarjetas de crédito asiduamente para saldar deudas o pagar gastos cotidianos del día a día, como la compra en el supermercado o el combustible. Al final, toda esa financiación puede llegar a tener un coste del 20% TAE, lo que resulta desmesurado y excesivo.