Arreglar o comprar otro nuevo. Es el dilema al que se enfrentan los consumidores cuando un aparato eléctrico se estropea. "Yo siempre procuro reparar, me gusta pedir presupuesto", cuenta un usuario. "Yo llamo al servicio técnico y muchas veces son ellos los que dicen que te cuesta 300 euros la reparación y 250 una lavadora nueva, entonces ya te lo planteas", razona otra consumidora.
Al menos hasta ahora. Porque la Unión Europea apuesta por el llamado "derecho a reparar", y lo ampara con una nueva ley. Fomentando que los consumidores puedan realmente elegir entre la reparación o la sustitución de un aparato. ¿Qué contempla la nueva normativa?