Los establecimientos hoteleros se han visto obligados a reconvertir sus
líneas de trabajo en los últimos años empujados por la gran crisis
económica. Se ha pasado de una época en la que, prácticamente, sólo
había que esperar la llegada del avión cargado de turistas y darles su
llave de la habitación, al momento actual en el que hay que buscar al
visitante por todos los medios.
En ese cambio, las nuevas tecnologías son esenciales. Programas informáticos para reserva de habitaciones, para venta on-line o, simplemente, para gestionar económicamente el establecimiento se vuelven verdareros salvavidas.