Despojada de su inicial carácter filantrópico y puramente teórico, la
Responsabilidad Social se hace global, pierde su sesgo “buenista” y se
convierte en una verdadera herramienta de gestión.De entre las múltiples
directrices y pautas que afloran en el panorama internacional destacan
las relacionadas con aspectos más o menos novedosos, como los avances de
las nuevas tecnologías o la Responsabilidad Social como vía para
enderezar la gestión empresarial.